Tallerator.es, el comparador de presupuestos mecánicos en internet, explica los puntos clave que los talleres mecánicos revisan cuando realizan el mantenimiento de un coche. De la mano de Salvador Marco, Jefe de Taller con una dilatada experiencia, en este reportaje aprenderemos más de nuestro vehículo y sus puntos débiles.
El mantenimiento periódico de un vehículo realizado por un profesional incide de manera importante en la buena vida de éste. Pero antes de explicar qué trabajo realiza, el conductor puede y debe hacer ciertos controles rutinarios para evitar problemas y mantener la fiabilidad en todo momento.
Los controles rutinarios que puede y debe hacer el conductor son tres:
La presión y buen estado de los neumáticos, incluido el de repuesto, se debe realizar cada 20 o 30 días aproximadamente, aunque numerosos modelos de vehículos disponen ya de sistemas electrónicos de medición y aviso de la presión. Recientemente se ha anunciado una “app” por parte de Continental para el control de la presión a través del “smartphone”.
Los niveles de los líquidos de bajo del capó, como son: agua del limpiaparabrisas, el líquido anticongelante, nivel del aceite del motor, líquido de frenos y servo-dirección.
Buen estado de los elementos de visión: con el diagnóstico electricidad o luces se ve si hay alguna bombilla fundida. Se comprueba el buen estado de los limpiaparabrisas delanteros y trasero, ya que se resecan y endurecen con el tiempo (cambiar cada año). Revisión del filtro de aire del motor y el filtro de habitáculo o polen.
En cuanto al mantenimiento que realizan los profesionales en los talleres, con las herramientas y medios específicos, aparte de lo ya mencionado, se incide más a fondo en los controles anteriormente señalados y en otros elementos que, principalmente, intervienen en la seguridad del vehículo: neumáticos, frenos, suspensión y otros elementos más, todo ello detallado a continuación:
Control de la profundidad del dibujo de los neumáticos, desgastes anormales por una mala alineación de la dirección, deformaciones debido a los amortiguadores o por alguna vibración-oscilación. También se revisa su fecha de fabricación, determinada por cuatro dígitos al final del DOT. Recomiendan una vida útil en tiempo de entre 5 o 6 años.
En cuanto a los líquidos que lleva el vehículo, se revisa la calidad de estos. En el líquido de frenos se ve el grado ebullición según el grado de calidad (DOT 3, DOT 4, DOT 5 o superior). También se mide la temperatura mínima de ebullición. Los fabricantes de vehículos recomiendan como norma general la sustitución del líquido de frenos cada 2 o 3 años.
En el control de la iluminación, lo que se comprueba es el buen reglaje de los faros en la luz de carretera con una altura correcta.
Control del sistema de frenado. Se comprueba el desgaste de discos y pastillas delanteras y traseras, midiendo su grosor y, en caso de temblores en la frenada, se mide la oscilación o alabeo de los discos. En pastillas el desgaste mínimo se marca entre 2 o 3 mm. aunque en algunos modelos o marcas, el fabricante dispone de testigos o avisadores acústicos de aviso de desgaste. En los discos, ese desgaste mínimo lo marca el fabricante según el modelo de disco y hay que verlo en catálogo. También se controla si hay alguna fuga de líquido de frenos, el buen estado de los latiguillos y en caso de tener frenos traseros de tambor, se revisa el grosor y endurecimiento de las zapatas, el desgaste del tambor y la estanqueidad de los bombines de freno.
Control de los elementos de la suspensión. Se comprueba el kilometraje y las fugas de aceite de los amortiguadores. Se recomienda su sustitución entre 60.000 y 80.000 kilómetros. También se controlan las holguras que puedan tener, sobre todo, en la parte superior los amortiguadores delanteros en los soportes que los unen a la carrocería del vehículo. Otros elementos de la suspensión que se revisan son los “silentblocks” de los trapecios, estabilizadoras y barras y sus holguras.
Control de holguras en la dirección provenientes del mal estado de las rotulas de la dirección, las rotulas axiales, la propia cremallera o de su sujeción y del estado de sus fuelles protectores.
Otros elementos que se revisan son los rodamientos de ruedas comprobando si tienen holgura o producen algún ruido. Revisión de los fuelles de las transmisiones por posibles fugas de grasa. También se controla los soportes de motor por posibles holguras o roturas.
Aunque menos habitual hoy en día, los sistemas de escape, principalmente en los vehículos de gasolina, pueden tener algún tramo en mal estado por la oxidación que se produce por la condensación de los gases en vapor de agua en los silenciosos.
Control de sistema de arranque, comprobando estado de la batería y a qué voltaje carga el alternador que debería estar entre 13,80 V a 14,30V.
Estado de las correas auxiliares y el kilometraje y periodicidad de la correa de la distribución.
Finalmente, la ausencia de indicadores de avería en el salpicadero. Se conecta el coche a la máquina de diagnosis para el control de fallos o errores en las centralitas de control de los diferentes sistemas electrónicos.
Así es como, en líneas generales, se trabaja en el mantenimiento del coche en el taller, una información que cada vez suele solicitar más el usuario para estar al día del estado de su vehículo. Una tarea que con Tallerator.es es posible hacer ahorrando en reparaciones de mecánica y mantenimiento.
El mantenimiento periódico de un vehículo realizado por un profesional incide de manera importante en la buena vida de éste. Pero antes de explicar qué trabajo realiza, el conductor puede y debe hacer ciertos controles rutinarios para evitar problemas y mantener la fiabilidad en todo momento.
Los controles rutinarios que puede y debe hacer el conductor son tres:
La presión y buen estado de los neumáticos, incluido el de repuesto, se debe realizar cada 20 o 30 días aproximadamente, aunque numerosos modelos de vehículos disponen ya de sistemas electrónicos de medición y aviso de la presión. Recientemente se ha anunciado una “app” por parte de Continental para el control de la presión a través del “smartphone”.
Los niveles de los líquidos de bajo del capó, como son: agua del limpiaparabrisas, el líquido anticongelante, nivel del aceite del motor, líquido de frenos y servo-dirección.
Buen estado de los elementos de visión: con el diagnóstico electricidad o luces se ve si hay alguna bombilla fundida. Se comprueba el buen estado de los limpiaparabrisas delanteros y trasero, ya que se resecan y endurecen con el tiempo (cambiar cada año). Revisión del filtro de aire del motor y el filtro de habitáculo o polen.
En cuanto al mantenimiento que realizan los profesionales en los talleres, con las herramientas y medios específicos, aparte de lo ya mencionado, se incide más a fondo en los controles anteriormente señalados y en otros elementos que, principalmente, intervienen en la seguridad del vehículo: neumáticos, frenos, suspensión y otros elementos más, todo ello detallado a continuación:
Control de la profundidad del dibujo de los neumáticos, desgastes anormales por una mala alineación de la dirección, deformaciones debido a los amortiguadores o por alguna vibración-oscilación. También se revisa su fecha de fabricación, determinada por cuatro dígitos al final del DOT. Recomiendan una vida útil en tiempo de entre 5 o 6 años.
En cuanto a los líquidos que lleva el vehículo, se revisa la calidad de estos. En el líquido de frenos se ve el grado ebullición según el grado de calidad (DOT 3, DOT 4, DOT 5 o superior). También se mide la temperatura mínima de ebullición. Los fabricantes de vehículos recomiendan como norma general la sustitución del líquido de frenos cada 2 o 3 años.
En el control de la iluminación, lo que se comprueba es el buen reglaje de los faros en la luz de carretera con una altura correcta.
Control del sistema de frenado. Se comprueba el desgaste de discos y pastillas delanteras y traseras, midiendo su grosor y, en caso de temblores en la frenada, se mide la oscilación o alabeo de los discos. En pastillas el desgaste mínimo se marca entre 2 o 3 mm. aunque en algunos modelos o marcas, el fabricante dispone de testigos o avisadores acústicos de aviso de desgaste. En los discos, ese desgaste mínimo lo marca el fabricante según el modelo de disco y hay que verlo en catálogo. También se controla si hay alguna fuga de líquido de frenos, el buen estado de los latiguillos y en caso de tener frenos traseros de tambor, se revisa el grosor y endurecimiento de las zapatas, el desgaste del tambor y la estanqueidad de los bombines de freno.
Control de los elementos de la suspensión. Se comprueba el kilometraje y las fugas de aceite de los amortiguadores. Se recomienda su sustitución entre 60.000 y 80.000 kilómetros. También se controlan las holguras que puedan tener, sobre todo, en la parte superior los amortiguadores delanteros en los soportes que los unen a la carrocería del vehículo. Otros elementos de la suspensión que se revisan son los “silentblocks” de los trapecios, estabilizadoras y barras y sus holguras.
Control de holguras en la dirección provenientes del mal estado de las rotulas de la dirección, las rotulas axiales, la propia cremallera o de su sujeción y del estado de sus fuelles protectores.
Otros elementos que se revisan son los rodamientos de ruedas comprobando si tienen holgura o producen algún ruido. Revisión de los fuelles de las transmisiones por posibles fugas de grasa. También se controla los soportes de motor por posibles holguras o roturas.
Aunque menos habitual hoy en día, los sistemas de escape, principalmente en los vehículos de gasolina, pueden tener algún tramo en mal estado por la oxidación que se produce por la condensación de los gases en vapor de agua en los silenciosos.
Control de sistema de arranque, comprobando estado de la batería y a qué voltaje carga el alternador que debería estar entre 13,80 V a 14,30V.
Estado de las correas auxiliares y el kilometraje y periodicidad de la correa de la distribución.
Finalmente, la ausencia de indicadores de avería en el salpicadero. Se conecta el coche a la máquina de diagnosis para el control de fallos o errores en las centralitas de control de los diferentes sistemas electrónicos.
Así es como, en líneas generales, se trabaja en el mantenimiento del coche en el taller, una información que cada vez suele solicitar más el usuario para estar al día del estado de su vehículo. Una tarea que con Tallerator.es es posible hacer ahorrando en reparaciones de mecánica y mantenimiento.
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